A medida que la “Caravana” de migrantes continua a norte, compartimos la siguiente oración de la USCCB. Como hijos de la Patrona de los Inmigrantes, creemos que todas las personas tienen dignidad y el derecho a buscar una vida mejor para ellos y sus familias. Por favor, únase a nosotros en la oración.
Señor Jesús, cuando multiplicaste los panes y los peces, proporcionaste más que alimento para el cuerpo, ¡nos ofreciste el regalo de ti mismo, el regalo que satisface cada hambre y quita toda sed! Sus discípulos se llenaron de temor y duda, pero derramaron su amor y compasión en la multitud migrante, dándoles la bienvenida como hermanos y hermanas.
Señor Jesús, hoy nos llamas a dar la bienvenida a los miembros de la familia de Dios que vienen a nuestra tierra para escapar de la opresión, la pobreza, la persecución, la violencia y la guerra. Al igual que sus discípulos, nosotros también estamos llenos de miedo y duda e incluso sospecha. Construimos barreras en nuestros corazones y en nuestras mentes.
Señor Jesús, ayúdanos por tu gracia.
• Para desterrar el miedo de nuestros corazones, para que podamos abrazar a cada uno de sus hijos como nuestro propio hermano y hermana;
• Dar la bienvenida a los migrantes y refugiados con alegría y generosidad, al mismo tiempo que responde a sus muchas necesidades;
• Comprender que llamas a todas las personas a tu montaña sagrada para que aprendan los caminos de la paz y la justicia;
• Para compartir nuestra abundancia mientras esparcen un banquete ante nosotros;
• Para dar testimonio de su amor por todas las personas, mientras celebramos los muchos regalos que traen.
Te alabamos y te damos gracias por la familia a la que has llamado de tantas personas. Vemos en esta familia humana un reflejo de la unidad divina de la Santísima Trinidad en quien hacemos nuestra oración: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén.